Era una época en que indiscutiblemente la música vallenata pasaba por su mejor momento, era algo así, como la época dorada del folclor innato del Valle del Cacique Upar.
Era una época en que indiscutiblemente la música vallenata pasaba por su mejor momento, era algo así, como la época dorada del folclor innato del Valle del Cacique Upar.
Diomedes Díaz fue el cantor que supo cosechar con mucho respeto, toda esa naturaleza musical que otrora sembraron grandes maestros como Julio De La Ossa, Juancho Polo Valencia, Alejandro Durán, Andrés Landero y, que más adelante supieron pan coger los considerados mejores exponentes entre los que se destacaron Jorge Oñate, Los Hermanos Zuleta Poncho y Emiliano, Los Hermanos López con sus diversos cantantes, Rafael Orozco, Beto Zabaleta que fueron sin lugar a dudas, los mejores soportes donde afianzó su canto el Gran Diomedes Díaz.
A pesar del gran respeto hacia sus colegas, eran sus mismos colegas quienes tímidamente reconocían que el hijo de Rafael Díaz con Elvira Maestre, era el referente de nuestro folclor, el artista a mostrar nacional e internacionalmente, pues era Diomedes Díaz, quien sacaba la cara por el folclor del Caribe y la música colombiana.
Nadie podrá negar, que Diomedes Díaz cultivó la más inmensa fanaticada jamás vista por un artista en Colombia y creo que en el mundo, era como el Rey Midas del Vallenato, todo lo que tocaba musicalmente lo convertía en oro.
Cuando Diomedes Díaz fue considerado el número uno del folclor vallenato llegando al tope de su madurez musical, nuestra música vallenata también era el género musical número uno en nuestro país, no había artista de talla internacional y en el género musical que fuera, que no se ‘quitara’ el sombrero ante un folclor bonito, con notas musicales agradables, con mensajes que invitaban a poner serenata o a cantarle a la parranda y a la mujer.
En esa época dorada de nuestro folclor, se competía con la época dorada de la salsa, muy buenos salseros, también era la época dorada de la ranchera y el merengue y otros ritmos caribeños, era una competencia con lo más granado de los artistas antillanos, sin embargo, Diomedes Díaz era el número uno y el vallenao era el folclor número uno que hacía respetar nuestra casa.
El vallenato sonaba las 24 horas en más de tres emisoras de la Capital del País, la gente no cambiaba el dial, la gente no se aburría de escuchar canciones de Miguel Morales, Los Hermanos Zuleta, Jorge Oñate, Silvio Brito, Oto Serge, Rafael Orozco, Daniel Celedón, Jesús Manuel Estrada, Beto Zabaleta, Farid Ortíz, Etc, era un vallenato con mensaje agradable.
Hoy las cosas han cambiado y locutores y periodistas corruptos que viven de la comercialización de nuestra música valllenata, se han encargado de mentirle a las nuevas generaciones, manifestando que el vallenato ahora es internacional, ahora es mejor que antes y que tiene más audiencia que la que tenía dos décadas atrás. Son periodistas y programadores radiales sin criterio que se encargan de mentir a cambio de dinero de la misma forma que hacen ver a políticos corruptos como salvadores del país, ese es el oficio de la prensa.
Cómo me explican a mí, que ahora el vallenato tenga más audiencia cuando no existe una sola emisora en Bogotá, que se atreva a poner vallenatos las 24 horas como antes, y no lo hacen, porque la gente cambia el dial, la gente se mama de estar escuchando el mismo sonsonete de la nueva ola en cabeza de Silvestre Dangond, esa música de ahora no es como la yuca, esa música aburre.
Y es verdad, Silvestre Dangond es el artista vallenato número uno del momento, pero su música es tan simplona, que el vallenato no es el género musical número uno de Colombia como si lo fue cuando Diomedes Díaz era el número uno.
Hoy en día hasta las emisoras que programaban vallenato las 24 horas, les toca alternarlo con pop, reguetón, champeta y música popular para no perder la audiencia. Si ponen esa nueva ola las 24 horas, se quedan sin oyentes y sin quien paute. Nos guste o no, lo aceptemos o no, el vallenato pasa por un mal momento, lo de Silvestre es pura prensa y lamentablemente toda esa nueva ola que ha bajado de categoría a nuestro folclor, con esas inexactitudes folclóricas, han perjudicado hasta al mismo vallenato romántico; a Jorge Celedón lo han bajado de calidad, ya Nelson Velásquez no suena igual, Jean Carlos Centeno sufre el mismo síndrome y ni se diga del Binomio de Oro de América. Te extrañamos Cacique.
Por: Nelsón Armesto Echavez