Haces muchos años, en un enero me encontraba de vacaciones en mi pueblo natal La Jagua de Ibirico, departamento del Cesar, norte de Colombia. Fui invitado al “Festival de la Paletilla” en Becerril, la tierra natal de Rafa el Orozco. Iba con la Orquesta “Los Cumbancheros” que alternarnaba con el “Binomio de Oro”. Allí me encontré a Rafael. Hablamos porque éramos amigos casuales, ya que yo era muy cercano a José Vásquez, el bajista estrella de su agrupación. Yo por ser yo músico en esa época de la banda de Galy Galiano compartía su amistad.
Haces muchos años, en un enero me encontraba de vacaciones en mi pueblo natal La Jagua de Ibirico, departamento del Cesar, norte de Colombia. Fui invitado al “Festival de la Paletilla” en Becerril, la tierra natal de Rafa el Orozco. Iba con la Orquesta “Los Cumbancheros” que alternarnaba con el “Binomio de Oro”. Allí me encontré a Rafael. Hablamos porque éramos amigos casuales, ya que yo era muy cercano a José Vásquez, el bajista estrella de su agrupación. Yo por ser yo músico en esa época de la banda de Galy Galiano compartía su amistad.
Al verme Rafael me saludó con su característica amabilidad y me acompañó hasta mi mesa en la caseta e hizo lo mismo con mis acompañantes, luego me dijo:”Acompáñame a la puerta”. Fuimos a la puerta de la caseta y vi algo que me conmovió y nunca he podido olvidar.
En la puerta de la caseta estaba el empresario de la misma y había una fila de unos 30,40 o más indios “Yukos”, se les dice así por su estatura que no pasa los 140 centímetros. Son llamados los ”pequeñitos” y viven en la Serranía del Perijá.
El empresario anotaba en una libreta y decía: ”Hey Rafa, van tantos” y Rafa los hacía entrar a la caseta tocándoles la cabeza y contando: 19,20,21… Lo curioso del asunto es que los Yukos en medio de su alegría por entrar a la fiesta gritaban:”¡Que viva Diomedes Díaz!” y yo por supuesto estaba perplejo, no entendía y el tipo de la caseta comprendiendo mi confusión me dijo con impotencia:
-”¡Que vaina, carajo, para estos indios todos los cantantes vallenatos se llaman Diomedes Díaz!, ellos no entienden que el que les está regalando las entradas es Rafael Orozco precisamente el rival artístico de Diomedes, no hay nada que hacer…”.
Rafa por supuesto siguió contando y enviándolos hacía dentro de la caseta, muerto de la risa me dijo:
-”Ja,ja,ja, así le paga el diablo al que bien le sirve”.
Por Jesús Vides. (“El carácter de Rafael Orozco”) .
Héctor Sarasti./Antonio José de León
EL BLOG DE DIOMEDES DÍAZ.