Quien ve al bonachón de Álvaro Daza, conductor de Diomedes Díaz, montado en su motocicleta de bajo cilindraje recorriendo las calurosas calles de Valledupar se puede llevar la impresión de que su calma mientras conduce su pequeño vehículo de dos ruedas es casi angelical. Viéndolo mover la cabeza apenas cuando conduce la moto con esa calma chibcha puede llevar a pensar de que es lo más cercano al apacible movimiento semicircular que describen los ventiladores o abanicos de pie marca “Sankey”, esos que apoyan el cabezal de aspas en un tubo que se sostiene en cuatro dedos metálicos y que gira imperturbablemente con solo golpearle el botón de “Movimiento” que tienen la parte superior del motor, sonando pausadamente con su ruuuuurrrrruuuuuruuuuuu característico... y dispersando con toda calma el aire de la mejor manera... o alborotando el calor, dicho sea de paso...
Quien ve al bonachón de Álvaro Daza, conductor de Diomedes Díaz, montado en su motocicleta de bajo cilindraje recorriendo las calurosas calles de Valledupar se lleva la impresión de que su calma es casi angelical al volante de cualquier vehículo.
...Como ño moñito...
...Como ño moñito...
Cuando conduce la moto se le ve mover solo la cabeza lo que lo asemeja más al apacible movimiento semicircular que describen los ventiladores de pie marca “Sankey”, esos que apoyan su cabezal de aspas en un tubo sostenido por cuatro dedos metálicos y que gira imperturbablemente con solo golpearle el botón de “Movimiento”...
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| Abanico de pie. |
Observación difícil de sostener y que es mala consejera si entre manos Daza tiene no su pequeña motocicleta sino una de las poderosas camionetas 4x4 en las que se mueve el más famoso artista habido y por haber del vallenato Diomedes Díaz.
Ahí Daza no tiene con nada que ver distinto a las leyes de tránsito y -si se le pone cuidado- se asemeja -lo digo por molestarle- más al muñequito animado ese llamado “Meteoro” que corría porque si y porque no en una famosa serie animada de la década de los 70a. y en la que le voleaba más chancleta (aceleraba) al moderno carrito Corvette que juetazos le da El Llanero Solitario al pobre caballo llamado Plata pa’ que corra.
Ahí Daza no tiene con nada que ver distinto a las leyes de tránsito y -si se le pone cuidado- se asemeja -lo digo por molestarle- más al muñequito animado ese llamado “Meteoro” que corría porque si y porque no en una famosa serie animada de la década de los 70a. y en la que le voleaba más chancleta (aceleraba) al moderno carrito Corvette que juetazos le da El Llanero Solitario al pobre caballo llamado Plata pa’ que corra.
-”Hey Sarasti, no vemos en Barranquilla...”, me espetó con su seriedad acostumbrada, con sorna pero sonriendo en una céntrica esquina de Valledupar donde paró unos minutos con su jefe abordo para resolverle problemas de último momento y refrescar al propio artista. Nada se puede quedar guardado Álvaro Daza si por algo se caracteriza es por ser prudente, discreto, reservado y, sobre todo, buena persona.
-"No joda, Álvaro no seas &%/$·”)?”x%...”, le refunfuñe carcajeándome sabiendo de que lo que me decía era una ironía y, por el contrario, no íbamos a verle una en la carretera que conduce de Valledupar a Barranquilla ese día de agosto pasado cuando El Cacique se presentaba en la discoteca Trucupey y él tenía la misión, como siempre, de llevarlo muy a salvo y muy en paz hasta la capital atlanticense.
...Dicho y hecho...
Detrás del vehículo de Diomedes iba el de un equipo de periodístico, carro de fabricación americana, que poco pudo hacer cuando Daza hizo valer cada uno de los caballos de fuerza de la Land Cruiser japonesa que conducía. En la distancia y apenas saliendo de Valledupar se nos perdió.
Nos rezagamos.
Detrás del vehículo de Diomedes iba el de un equipo de periodístico, carro de fabricación americana, que poco pudo hacer cuando Daza hizo valer cada uno de los caballos de fuerza de la Land Cruiser japonesa que conducía. En la distancia y apenas saliendo de Valledupar se nos perdió.
Nos rezagamos.
-”Hágame el favor ¿pasó por aquí una camioneta “burbuja” tal y tal?”, pregunté en el peaje vehicular que hay a poca distancia de la ciudad que dejábamos atrás.
-”No”, respondió la chica amablemente.
El conductor del equipo periodístico avisó:
-”Allá vienen”. Se había parado la comitiva con El Cacique en algún tramo de la carretera y los habíamos dejado atrás sin darnos cuenta.
No hubo tiempo de nada... en segundos la camioneta del Cacique pasó rauda a nuestro lado y no les vimos ni el polvero. Allí iba Diomedes Díaz resguardado y llevado por su conductor que cumple a cabalidad el papel encomendado de transportarlo pronto y seguramente en la ciudad donde esté, bien sea Bogotá, Valledupar, Barranquilla o la que sea.
Daza es un buen acompañante de su jefe. ¡Y vaya que si lo lleva rápido!. De todas formas agradecemos la amabilidad que dispensa cuando nos vemos.
Eso si cuando no anda embolatado con ”Muñeca”, la perrita de Díaz Maestre que es siempre la primera que se le sube abordo y que, si hablara, podría decirnos qué piensa del hombre que no la desampara ni de noche ni de día cuando se la encomiendan.
Eso si cuando no anda embolatado con ”Muñeca”, la perrita de Díaz Maestre que es siempre la primera que se le sube abordo y que, si hablara, podría decirnos qué piensa del hombre que no la desampara ni de noche ni de día cuando se la encomiendan.
Álvaro, por donde se mire, son las alas de Diomedes Díaz.
Saludos. Varo.
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| Llevando al Cacique. |
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| Álvaro Daza almorzando con el jefe y su familia. Al fondo, arriba sacando medio la cabeza, al lado del cuñado del de chaqueta roja Diego Martínez, "Arturo Cumplido". (Es broma, saludes). |
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| Con su amiguita "Muñeca", la perra de Diomedes. ......................................... |
