Diomedes Díaz es una jungla de sentimientos. Es un indio sentimental. Un saco de errores y defectos y, también, un saco de palabras tiernas, de cariño sincero, de abrazo de hermanos. Diomedes es un creador. Dueño de una voz irrepetible y en su hablar ha impuesto sus gritos extraordinarios: ¡Que vivan las mujeres! Mi fanaticada ¡Con mucho gustooo!.
Diomedes Díaz es una jungla de sentimientos. Es un indio sentimental. Un saco de errores y defectos y, también, un saco de palabras tiernas, de cariño sincero, de abrazo de hermanos. Diomedes es un creador. Dueño de una voz irrepetible y en su hablar ha impuesto sus gritos extraordinarios: ¡Que vivan las mujeres! Mi fanaticada ¡Con mucho gustooo!. Diomedes toca el cielo y el infierno al mismo tiempo. Su vida es en veces espejo lustroso y, en otras, las espesuras de un estanque con aguas turbias. Humano como él solo. Aquí lo tienen en la sencillez de su casa, empantuflao y entre amigos. Es el verdadero Diomedes como él mismo dice y no el de la gran prensa, la publicidad y el espejismo de la fama. /// Este articulo es de Valledupar con foto tomada del Facebook del Cacique.
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