La niña que inspiró la canción ‘Hija’ de Diomedes Díaz
Por: Taryn Escalona Cuando el alma canta es porque algo muy grande lo motiva; pues no existe otra forma más bella de demostrar amor, que cantando desde el mismo fondo de nuestro ser. Y se pasa a un estado mucho más sublime, cuando ese cantar lo inspira un hijo o esa hija, a quien el compositor Hernán Urbina Joiro, hace quince años le dijo al verla nacer:
Cómo nace el viento, como llega el verso
apareciste tú, llenándolo todo, abarcando todo
de donde es la dicha apareciste tú
Mi niña es tan bella, que le dicen reina, una multitud
eso sienten otros, eso viven otros
y más que su reina, quiero que seas tú
Ese, es un canto tan hermoso y tan profundo, donde se fusionan los tiempos. Es ese ayer, que de la nada trasciende al mañana, abrazado al hoy, de una forma singular. Tan singular, como esa ‘Casa en el aire’ que el ‘Cantor de Patillal’ se inventó para su primogénita.
Antes que llegaras, de besar tu cara
yo te amaba ya, desde el infinito
desde lo más lindo y por muchas vidas, yo te amaba ya
En ‘Hija’, la canción que ‘Nacho’ Urbina le regaló a su niña Raisa, no surgen promesas. Ahí solo viven anhelos, que afloran con miedos intrínsecos propios de todo padre que trata de acomodar su crianza a esta nueva forma de crecer; donde la alegría envuelve, y de qué forma.
Hija tanto puedo amarte, pero no puedo ordenarte
toda tu felicidad, aunque quisiera salvarte,
hay un mundo inevitable, que por ti debes andar
Que linda es mi niña, sonriéndose
burlando la vida, sonriéndose
un abrazo tuyo me hace olvidar
el pesar más grande abrazándome
‘Hija’, es una carta de navegación bien estructurada, que se hizo para que Raisa caminara segura y confiada por la vida. Para que se tragara el mundo con su carisma, de esa forma tan sencilla como hoy lo hace.
Hay veces que temo, que algún día sus sueños,
puedan ser frenados y no esté a su lado
para protegerla
pero entonces canta y luego me habla y brilla su vida
y ya sé que nada puede detenerla
Hija yo te quiero mucho, no lo olvides en el mundo
que tú debes conquistar.
Porque de algo si estaban seguros los padres de Raisa; que a la niña solo había que inculcarle valores antes de desplegar sus alas, y no pintarle un universo para ella solita. Para de esa manera, en la medida que crecía y volara hacía su plenitud, fuera consciente que de ella dependía cada paso que daba.
Yo podría esforzarme y a tus pies plantarte, lo que quieras tú
la vana existencia, la simple existencia,
como de una reina mejor hazla tú
Lo que se enseña con amor y bajo los preceptos de Dios se asimila sin rebeldía. Raisa entendió el mensaje y asumió el compromiso con su padre, con su madre y con el universo. Ella comprende que el recorrido apenas comienza en esta nueva etapa de niña a mujer, con quince años recién cumplidos. Igual entiende, que aún hay mucho camino por transitar de la mano de sus convicciones.
Hija nunca tengas miedo
de decir tu pensamiento ni luchar por tu ilusión
sabes de las cosas grandes
que al final van a quedarte está en seguir tu corazón…
Por: Taryn Escalona