Amigos y colegas del Cacique de la Junta destacan la “malicia indígena” a la hora de cantar. De Diomedes Díaz se dice que además de su gran talento para cantar era dueño de una ‘malicia indígena’, al punto que cuando dejaba una bolsa en algún lugar le hacía varios nudos y que al volveraba si todos estaban completos, a fin de establecer si alguien la había tocado para ver su contenido. Sin embargo, Fabio Zuleta lo engañó.
Amigos y colegas del Cacique de la Junta destacan la “malicia indígena” a la hora de cantar.
De Diomedes Díaz se dice que además de su gran talento para cantar era dueño de una ‘malicia indígena’, al punto que cuando dejaba una bolsa en algún lugar le hacía varios nudos y que al volveraba si todos estaban completos, a fin de establecer si alguien la había tocado para ver su contenido. Sin embargo, Fabio Zuleta lo engañó.
El veterano humorista, padre de Iván Zuleta, le contó a EL HERALDO que cuando se enteró que El Cacique de La Junta se había quedado sin acordeonero, por el infausto accidente aéreo que terminó con la vida de Juancho Rois, él le ‘metió por los ojos’ a su ‘pollito’.
“Fui a la casa de mi compadre, empezamos a hablar, a beber y llorar, entonces le dije: ¿en quién ha pensado como su nuevo acordeonero? y me dijo que estaba en eso. Le manifesté que si no le sonaba grabar con mi hijo Iván Zuleta y me respondió: ¡verdad!”, recordó Fabio Zuleta.
En medio de los tragos y con la ‘viveza’ de Fabio, él llamó cajero y guacharaquero, y a varios medios de comunicación para que hicieran el registro del suceso. Diomedes e Iván se hicieron fotos, que al día siguiente eran publicadas en los medios del país, anunciando la unión.
“Diomedes me mandó a llamar guapo y me reclamó porque él no se acordaba que se había unido con Iván. Terminó por decirme: bueno compadre, ya no hay más nada que hacer. Ahí comenzó la unión de Diomedes con Iván”, rememoró el humorista, hermano de Poncho Zuleta.
Los rumores
Diomedes tenía una amplia fama de mujeriego, amén de su cantidad de hijos ‘regados’ por Colombia. A pesar de ello, no se escapó de que le generaran en los 80’s el rumor de que era gay, como lo contó a EL HERALDO Joaquín Guillén, por un tiempo su mánager y por siempre su amigo.
El rumor, en efecto, corrió por todos los pueblos y generó mucha preocupación entre su fanaticada. Era tema de debate en las esquinas si en efecto el ídolo de las multitudes tenía preferencias por las personas de su mismo sexo.
“Una vez en la KZ La Tremenda, de Barranquilla, un seguidor le gritó: ¿Diomedes, es verdad que tu eres marica? Y El Cacique le respondió: ¡marica eres tu, que pagaste 100 mil pesos para verme a mi, en vez de hacer un almuerzo en tu casa!”, narró.
El mismo Guillén contó que en una oportunidad volaban de Rionegro a El Bagre, en Antioquia, en una avioneta de esas que Diomedes solía llamar “una cometa”. La turbulencia los acompañó en todo el camino, lo que generó que se abrazaran todo el tiempo el cantante, Joaco y El Cocha Molina.
“De repente vi por la ventanilla que habíamos pasado la pista y le grité al capitán sobre la novedad. Diomedes con su desparpajo gritó de una vez: ¿capi, esto qué es, la ñapa?”, narró Guillén.
Hombre de radio
El periodista Paúl Bolaños Saurith fue por varios años jefe de prensa de Diomedes Díaz y lo recuerda como “un apasionado por escuchar la radio y más si hablaban de él y sus éxitos”; sin embargo, algunas veces quedaba mal con los locutores, puesto que anunciaba visitas y no iba.
“Un día anunció que iría a Vallenatos del Momento, el programa de Isaac León Durán en Radio Guatapurí, pero Diomedes no fue e Isaac se molestó. En la noche para arreglar las cosas con el locutor fue a su casa en el barrio Sicarare con unas frutas y así acabó el problema”, contó Bolaños Saurith.
Esa misma noche, para festejar que recuperó a un aliado, Diomedes se fue a casa y pidió que le prepararan un menú exquisito, siendo enfático en que debía ser arroz de fideo, queso y tajadas amarillas.
El gusto de El Cacique por la comida llevó a empresarios como Enrique Chapman a ponerse las manos en la cabeza. Recuerda Paúl que “una noche en el Hotel del Prado de Barranquilla él había mandado a preparar los alimentos más finos, pero Diomedes prefirió que le dieran un menú de carne con yuca, en una olla de peltre”.
Por esas vainas de Diomedes, una vez pidió que se demorara un vuelo en despegar, “porque se le habían quedado sus chanclas y él sin chanclas no se bañaba”.
Tomado de: El Heraldo